El Cabezo de Alcalá ofrece un modelo de una ciudad Ibérica prerromana. La población tuvo su origen en el siglo IX antes de Cristo, fue romanizada en edad temprana, y tuvo su trágico final en el siglo I antes de Cristo en el contexto de las guerras civiles romanas, cuando fue literalmente arrasada por el ejército pompeyano que se vio obligado no sólo a derribar la muralla, sino a construir una amplia rampa de acceso y asaltar la población a través de maquinaria bélica de aquel momento (lo cual habla a las claras de la fortaleza defensiva de la ciudad).
En la actualidad, se puede visitar y existe un centro de interpretación en Azaila (para visitas es necesario ponerse en contacto con este centro). Es perfectamente visible la estructura urbanística, sus calles y restos de casas y almacenes. Igualmente se distinguen las termas, la zona comercial, alguna tumba ibérica, las torres defensivas y los restos de un templo religioso.
Merece la pena visitarlo.